El curso de Migrantoria y la cadena de cuidados.

En el mes de octubre tenía previsto empezar el primer curso on line de Migrantoria, sobre Migraciones Internacionales. Pero la Vida misma me trajo un asunto que tenía que atender.

Las mujeres migradas, muchas veces formamos parte de lo que llamamos la “cadena global de cuidados”. Esta cadena nos obliga a atender asuntos de cuidados de personas, con el agregado de estar lejos de nuestros lugares de origen. 

En el mercado laboral español, muchas mujeres migradas se ocupan de cuidados para la reproducción de la Vida, y también de cuidados de dependientes (personas mayores, niñas-os, otras personas con dependencias, etc.) mientras en sus países de origen otras mujeres cuidan a sus hijos, maridos, otras personas dependientes. El estado de bienestar español, con sus carencias, se apoya en las familias y sobre todo en las mujeres, que por ese reparto capitalista y patriarcal de roles, nos designa como responsables de los cuidados.

En mi caso, me ha afectado esta situación al tener que interrumpir mi propósito laboral, y viajar precipitadamente a Argentina, para organizar los cuidados a mi madre. Otras mujeres de la familia acompañan unos cuidados profesionales, y a mí me toca proveer recursos y coordinar.

Esta situación me hizo pensar, y así lo comenté en la sesión de Sarekin Week en la que participé la semana pasada. Las emprendedoras, y quienes trabajamos por cuenta propia, hemos de ser lo suficientemente flexibles para asumir estas cuestiones imprevistas. Emprender es también tener un margen de maniobra para atender asuntos que no esperábamos, como en este caso, la necesidad de cuidados.

Y sobre todo, cuando todavía en esta sociedad, no tenemos un respaldo de “bajas remuneradas” para estas cuestiones, y siendo mujeres nos encontramos con que asumimos mucha de la carga mental y temporal (en horas dedicadas) a los cuidados necesarios para el sostenimiento de la vida. 

La igualdad de oportunidades para emprender y poder desarrollar nuestras profesiones, debería basarse (y no sólo como complemento) con ese reparto social  de los cuidados, que descargue el peso de los roles asignados. Todas nos sentiríamos mejor, y sería más justo y con derechos para todas las implicadas.

El curso de Migrantoria lo he pospuesto para enero, para el comienzo de año. Espero que estas cuestiones sean de interés para muchas personas, ya que conocer cómo repartimos roles socioeconómicos en  nuestra sociedad, nos ayudará a tener más conciencia y a comprometernos con el cambio. 


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